miércoles, 9 de noviembre de 2011

Marginalia

Marginalia

Por Edgar Allan Poe

IX

Un vigoroso argumento en favor del cristianismo es el siguiente: los pecados contra la Caridad son probablemente los únicos que, en su lecho de muerte, los hombres llegan a sentir —y no meramente a comprender —como crímenes.

XIII

Infinidad de errores se abren camino en nuestra filosofía por la costumbre del hombre de considerarse tan sólo ciudadano del mundo —de un planeta individual— en vez de contemplar ocasionalmente su posición como cosmopolita, como habitante del universo.

XXI

¿Qué puede ser más tranquilizador para el orgullo y la conciencia de un hombre, que la convicción de que al vengarse de sus enemigos por la injusticia cometida con él, no tiene más que responder haciéndoles justicia?

XXXV

En el cuento propiamente dicho —donde no hay espacio para desarrollar caracteres o para una gran profusión y variedad incidental—, la mera construcción se requiere mucho más imperiosamente que en la novela. En esta última, una trama defectuosa puede escapar a la observación, cosa que jamás ocurrirá en un cuento. Empero, la mayoría de nuestros cuentistas desdeñan la distinción. Parecen empezar sus relatos sin saber cómo van a terminar; y, por lo general, sus finales —como otros tantos gobiernos de Trínculo—, parecen haber olvidado sus comienzos.

XXXVII

Mozart dijo en su lecho de muerte que "empezaba a ver lo que podía hacerse en música". Cabe esperar que De Meyer y el resto de los espasmódicos empiecen eventualmente a comprender lo que no puede hacerse en esta rama particular de las bellas artes.

XLI

Si a algún hombre ambicioso se le ocurriera revolucionar, con un solo esfuerzo, el mundo del pensamiento humano, de la opinión humana y del humano sentimiento, la oportunidad está al alcance de su mano; el camino del renombre inmortal es directo y se abre sin obstáculos a sus pies. Todo lo que ha de hacer es escribir y publicar un librito. Su título será sencillo, unas pocas y llanas palabras: "Mi corazón al desnudo". Pero este librito deberá ser fiel a su título.Ahora bien, ¿no es muy singular que con la rabiosa sed de notoriedad que distingue a tantos humanos, a tantos a quienes se les importa un ardite lo que se piense de ellos después de muertos, no sea posible encontrar uno solo lo bastante temerario como para escribir este librito? Digo: escribir. Hay diez mil hombres que una vez escrito el libro, se reirían a la sola idea de que su publicación pudiera molestarlos en vida, y que ni siquiera concebirían por qué su publicación póstuma habría de ser vedada. Pero escribirlo... ahí está la cosa. Nadie se atreve a escribirlo. Nadie se atreverá. Nadie podría escribirlo, aunque se atreviera. El papel se arrugaría y ardería a cada toque de la ígnea pluma.

XLII

Todo lo que el hombre de genio demanda para exaltarse es materia espiritual en movimiento. No le interesa hacia dónde tiende el movimiento —sea a su favor o en contra—, y la materia en sí carece por completo de importancia.

XLIII

Para conversar bien necesitamos el frío tacto del talento; para disertar bien, el brillante abandon del genio. Empero, los hombres de altísimo genio disertan a veces muy bien y a veces muy mal; bien, cuando tienen tiempo sobrado, amplio campo y un oyente comprensivo; mal, cuando temen las interrupciones y los fastidia la imposibilidad de agotar el tema en una conversación. El genio parcial es intermitente, fragmentario. El auténtico genio tiembla ante lo incompleto, la imperfección y, por lo regular, prefiere el silencio antes de decir aquello que no es todo lo que debería decirse. Está tan colmado por su tema que se queda callado, primero por no saber cómo empezar, allí donde parece haber eternamente un comienzo detrás de otro, y segundo, al percibir que su verdadero fin se halla a distancia tan infinita. A veces, abordando una cuestión, se equivoca, vacila, se interrumpe, se apresura, y como ha sido arrollado por la rapidez y la multiplicidad de sus pensamientos, sus oyentes sonríen irónicamente ante su inhabilidad para pensar. Un hombre tal se halla en su elemento en esas "grandes ocasiones" que confunden y humillan el intelecto medio.De todos modos, la influencia del conversador sobre la humanidad, mediante su conversación, es más marcada que la del disertante con su disertación; este último diserta invariablemente mejor con la pluma. Y los buenos conversadores son más raros que los disertantes respetables. De estos últimos conozco muchos, pera sólo cinco o seis de los primeros, entre los cuales recuerdo en este momento a Mr. Willis, Mr. J. T. S. Sullivan, de Filadelfia; Mr. W. M. R., de Petersburg, Va., y la señora S...d, en un tiempo en Nueva York. La mayoría de los conversadores nos inducen a maldecir nuestra estrella por no habernos hecho nacer en el pueblo, africano mencionado por Eudoux, el de aquellos salvajes que, por carecer de boca no la abrían jamás, naturalmente. Y, sin embargo, si a ciertas personas que conozco lse faltara la boca, se las arreglarían para charlarlo mismo..., tal como lo hacen hoy: por la nariz.

XLVIII

"Esa sonrisa dulce y serena, esa sonrisa que sólo puede verse en el rostro de los moribundos y los muertos" (Bulwer Lytton, Ernest Maltravers).Bulwer no es hombre de mirar los hechos cara a cara. Prefiere sentimentalizar sobre un error grosero aunque pintoresco. ¿Quién ha visto, en realidad, otra cosa que el horror en la sonrisa de los muertos?. Pero deseamos ardientemente imaginarla "dulce", y ésa es la fuente del engaño si es que en el fondo hay engaño.

LVII

Creo que los olores poseen una fuerza sumamente peculiar, afectándonos mediante la asociación; su fuerza difiere esencialmente de la de los objetos que apelan al tacto, el sabor, la vista o el oído.

LXXII

Ver con claridad la maquinaria —las ruedas y engranajes— de una obra de arte es, fuera de toda duda, un placer, pero un placer que sólo podemos gozar en la medida de que no gozamos del legítimo efecto a que aspira el artista. Y, de hecho, con demasiada frecuencia sucede que toda reflexión analítica sobre el arte equivale a reflejar a la manera de los espejos del templo de Esmirna, que representan deformadas las más bellas imágenes .

LXXXIII

Me he entretenido a veces tratando de imaginar cual sería el destino de un individuo dueño (o más bien víctima) de un intelecto muy superior a los de su raza. Naturalmente tendría conciencia de su superioridad, y no podría impedirse (si estuviera constituido en todo lo demás como un hombre) de manifestar esa conciencia. Así se haría de enemigos en todas partes. Y como su opiniones y especulaciones diferirían ampliamente de las de toda la humanidad, no cabe duda de que lo considerarían loco. ¡Cuán horrible resultaría semejante condición! El Infierno es incapaz de inventar una tortura peor que la de ser acusado de debilidad anormal por el hecho de ser anormalmente fuerte.De la misma manera es evidente que un espíritu muy generoso, —que sintiera de verdad lo que todos fingen sentir— debería ser mal juzgado en todas partes, y mal interpretados sus motivos. Así, como el colmo de la inteligencia sería considerado fatuidad, así el exceso de caballerosidad no dejaría de ser entendido como bajeza en último grado; y lo mismo todas las virtudes restantes. Que ciertos hombres hayan sobrepasado el nivel de su raza es cosa de la que apenas cabe dudar; pero al buscar en la historia las huellas, de su existencia deberíamos dejar de lado las biografías de los "buenos y los grandes" mientras examinamos cuidadosamente los escasos datos sobre ciertos miserables que murieron en la cárcel, el manicomio o el patíbulo.

LXXXV

Tengo ante mí un libro cuyo rasgo más notable es la pertinacia con la cual "Monarca" y "Rey" aparecen escritos con mayúscula. Parece ser que el autor ha sido presentado recientemente a la corte. Presumo que en el futuro empleará la d minúscula toda vez que le toque infortunadamente hablar de su Dios.

XCV

"El artista pertenece a su obra, no la obra al artista" (Novalis). En nueve casos sobre diez, tratar de extraer sentido de un apotegma alemán es perder el tiempo; a decir verdad, se puede extraer cualquiera y todos los sentidos. Si en la frase citada se intenta afirmar que el artista es esclavo de su tema y debe conformarlo a sus pensamientos, no me atrae la idea, que en mi opinión nace de un intelecto esencialmente prosaico. En manos del artista auténtico, el tema, la "obra" no es sino una masa de arcilla, con la cual —según el tamaño de la masa y la calidad de la arcilla— puede de hacerse cualquier cosa a voluntad o de acuerdo con la habilidad del artesano. La arcilla, pues, es el esclavo del artista. Le pertenece. Claro está que el genio de éste se manifiesta claramente en la elección de la arcilla. No debe ser ni fina ni gruesa, en teoría, sino lo bastante fina o gruesa, lo bastante plástica o rígida, como para servir mejor a los fines de la cosa a crear, de la idea a realizar, o, más exactamente, de la impresión a producir. Hay artistas, empero, a quienes sólo agrada el material más fino, y que por tanto sólo producen los vasos más finos. Por lo regular son muy transparentes y excesivamente frágiles.

XCVI

Dígase a un pillo, tres o cuatro veces al día, que es el colmo de la probidad, y se conseguirá por lo menos que sea, voluntariamente, de una perfecta "respetabilidad". Por otra parte acúsese obstinadamente a un hombre honorable de ser un pillo, y se lo llenará del perverso deseo de mostrar que la acusación no es enteramente infundada.

XCVII

Los romanos adoraban sus estandartes, y el estandarte romano era un águila. El nuestro vale tan sólo un décimo de águila —un dólar—, pero nos arreglamos para equipararlo adornándolo con decuplicada devoción.

CLXXX

La enorme multiplicación de libros en cualquier rama del conocimiento es uno de los grandes males de la época, puesto que constituye uno de los mayores obstáculos a la adquisición de informaciones correctas, poniendo en el camino del lector enormes pilas de trastos, entre los cuales debe abrirse camino a tientas, en busca de fragmentos útiles diseminados aquí y allá.

CLXXXVIII

El carterista común hurta una cartera y la cosa acaba ahí. Jamás irá a jactarse abiertamente de haberla robado, ni someterá a la persona agraviada a la acusación de ser ella quien ha cometido él robo. Por eso resulta mucho menos odioso que el ladrón de bienes literarios. Nos parece imposible imaginar espectáculo más repugnante que el del plagiario que se pasea entre los hombres con aire arrogante y que siente latir orgullosamente su corazón ante los aplausos que, en su conciencia, sabe que corresponden a otro. La pureza, la nobleza, la espiritualidad de la justa fama y su contraste con la grosera vulgaridad del robo muestran el pecado de plagio bajo su luz más detestable. Horroriza descubrir en un mismo pecho la sed exaltadora de la fama y la degradante propensión al robo. Tal anomalía, tal discordancia ofenden groseramente.

CCIV

Los swedemborgianos me informan haber descubierto que todo lo dicho por mí en un artículo titulado Revelación mesmérica es absolutamente verdadero, si bien al principio se sentían inclinados a dudar de mi veracidad de la cual, en este caso particular, yo hubiera sido el primero en dudar, puesto que la historia es una pura ficción del principio al in.

CCXI

El lema de los Estados Unidos, E pluribus unum, comporta quizá una astuta alusión a la definición que dio Pitágoras de la belleza: la reducción de lo plural a lo uno.

domingo, 16 de octubre de 2011

Lucero vespertino

Lucero vespertino

Ocurrió una medianoche
a mediados de verano;
lucían pálidas estrellas
tras el potente halo
de una luna clara y fría
que iluminaba las olas
rodeada de planetas,
esclavos de su señora.
Detuve mi mirada
en su sonrisa helada
-demasiado helada para mí-;
una nube le puso un velo
de lanudo terciopelo
y entonces me fijé en ti.
Lucero orgulloso,
remoto, glorioso,
yo siempre tu brillo preferí;
pues mi alma jalea
la orgullosa tarea
que cumples de la noche a la mañana,
y admiro más, desde luego,
tu lejanísimo fuego
que esa otra luz, más fría, más cercana.

EDGAR ALLAN POE

viernes, 7 de octubre de 2011

¿deseas que te amen?

¿deseas que te amen?

¿Deseas que te amen? No pierdas, pues,
el rumbo de tu corazón.
Sólo aquello que eres has de ser
y aquello que no eres, no.
Así, en el mundo, tu modo sutil,
tu gracia, tu bellísimo ser,
serán objeto de elogio sin fin
y el amor... un sencillo deber.


EDGAR ALLAN POE

martes, 4 de octubre de 2011

El valle intranquilo

El valle intranquilo

Hubo un tiempo en que el valle sonreía,
silencioso, aunque nadie allí vivía;
su gente había marchado hacia la guerra
confiando el cuidado de esa sierra,
por la noche, a la mirada fiel
de las estrellas desde su azul cuartel
y de día, a los rojos resplandores
del sol que dormitaba entre las flores.
Mas ahora para todo visitante
el valle triste es inquieto e inquietante.
Nada allí se detiene un solo instante...
nada salvo el aire que se cierne
sobre la soledad mágica y perenne.
¡Ah, ningún viento agita los ramajes
que palpitan como el glacial oleaje
en torno a las Hébridas salvajes!
¡Ah, ningún viento empuja el furtivo
manto de nubes que, sin respiro,
surcan durante el día el cielo esquivo
sobre las violetas allí esparcidas
como ojos humanos de mil medidas...!
sobre las ondeantes azucenas
que lloran junto a las tumbas ajenas!
Ondean: y en sus pétalos más tiernos
se juntan gotas de rocío sempiterno.
Lloran: y por sus tallos claudicantes
bajan perennes lágrimas como diamantes

EDGAR ALLAN POE

miércoles, 31 de agosto de 2011

Una araña paciente y silenciosa...

Una araña paciente y silenciosa...

Una araña paciente y silenciosa,
vi en el pequeño promontorio en que
sola se hallaba,
vi cómo para explorar el vasto
espacio vacío circundante,
lanzaba, uno tras otro, filamentos,
filamentos, filamentos de sí misma.

Y tú, alma mía, allí donde te encuentras,
circundada, apartada,
en inmensurables océanos de espacio,
meditando, aventurándote, arrojándote,
buscando si cesar las esferas
para conectarlas,
hasta que se tienda el puente que precisas,
hasta que el ancla dúctil quede asida,
hasta que la telaraña que tú emites
prenda en algún sitio, oh alma mía.

WHITMAN

jueves, 18 de agosto de 2011

El Pozo y el Péndulo (fragmento)

Edgar Allan Poe
El Pozo y el Péndulo (fragmento)

" Me hallaba agotado, mortalmente agotado por aquella agonía sin fin. Cuando, por último me desataron, y pude sentarme, noté que perdía el conocimiento. La sentencia, la espantosa sentencia de muerte fue la frase claramente articulada que llegó a mis oídos. Luego, el sonido de las voces de los inquisidores, me pareció que se apagaba en el zumbido indefinido de un sueño. Su ruido provocaba en mi ánimo cierta sensación de rotación, quizá debido a que lo identificaba con una rueda de molino. Sin embargo, aquello duró muy poco tiempo y ya no oí nada más. No obstante, durante cierto tiempo vi -¡y con qué horrible exageración!- los labios de los jueces vestidos de negro, eran blancos, más blancos que las hojas de papel en que estoy escribiendo estas palabras, adelgazados hasta lo grotesco, con la dura expresión de su resolución irrevocable y del riguroso desprecio por el dolor humano. Veía cómo los decretos de lo que para mí representaba el Destino, surgían aún de aquellos labios. Contemplé cómo se retorcían articulando una frase mortal, cómo pronunciaban las sílabas de mi nombre, y me estremecí al ver que el sonido no seguía al movimiento. Durante varios momentos de frenético espanto, percibí la blanda y casi imperceptible ondulación de las negras colgaduras que cubrían las paredes de la sala, y mi vista cayó entonces sobre los siete grandes cirios que había colocado sobre la mesa. Al principio fueron para mí la representación de la claridad, y los imaginé ángeles blancos y esbeltos que venían a salvarme. Pero inmediatamente unas náuseas mortales invadieron mi alma, y sentí que cada fibra de mi ser se estremecía como si se hubiera hallado en contacto con el cable de una batería galvánica. Las formas angélicas se convirtieron en espectros con cabeza de llama, y comprendí claramente que no debía esperar de ellos auxilio alguno. Entonces, como una especie de brillante nota musical se insinuó en mi alma la idea del reposo inefable que debe gozarse en la tumba. Legó de una forma suave y furtiva, y creo que precisé un largo espacio de tiempo para apreciarla por entero. Sin embargo, en el preciso momento en que mi alma empezó a sentir la idea con claridad, y a acariciarla, las figuras de los jueces se desvanecieron como por arte de magia, los grandes cirios, cuyas llamas se apagaron por completo, se redujeron a la nada, y sobrevino la negrura de las tinieblas. Todas mis sensaciones parecieron desaparecer como si el alma se hundiera en una zambullida loca y precipitada en lo más profundo del Hades. Y el Universo se convirtió en noche, silencio e inmovilidad. "

martes, 2 de agosto de 2011

'El Reino de las Hadas''--Edgar Allan Poe

Valles oscuros, torrentes umbríos, bosques
nebulosos en los cuales nadie puede descubrir
las formas a causa de las lágrimas que gota a
gota se lloran de todas partes! Allá, lunas desmesuradas
crecen y decrecen, siempre, ahora,
siempre, a cada instante de la noche, cambiando
siempre de lugar, y bajo el hálito de sus faces
pálidas ellas oscurecen el resplandor de las
temblorosas estrellas. Hacia la duodécima
hora del cuadrante nocturno una luna más
nebulosa que las otras,-de una especie que las
hadas han probado ser la mejor,-desciende
hasta bajo el horizonte y pone su centro sobre
la corona de una eminencia de montañas, mientras
que su vasta circunferencia se esparce en
vestiduras flotantes sobre los caseríos, sobre las
mismas mansiones distantes, sobre bosques

extraños, sobre la mar, sobre los espíritus que
danzan, sobre cada cosa adormecida, y los sepulta
completamente en un laberinto de luz.
Y entonces, ¡cuán profundo es el éxtasis de
ese su sueño! De mañana, ellas se levantan, y su
velo lunar vuela por los cielos mientras se agitan
como pálido albatros al soplo de la tempestad
que las sacude como a casi todas las cosas.
Pero cuando las hadas que se han refugiado
bajo esa luna de la que se han servido, por así
decirlo, como de una tienda, la dejan, no pueden
jamás volver a encontrar abrigo. Y los átomos
de ese astro se dispersan y se convierten bien
pronto en una lluvia, de la cual las mariposas
de esta tierra, que buscan en vano los cielos
y vuelven a descender,-¡criaturas jamás
satisfechas!-nos devuelven partículas a veces
sobre sus alas estremecidas.

ALLAN EDGAR POE

domingo, 31 de julio de 2011

con estrepitos de musicas vengo

Con estrépitos de músicas vengo,
con cornetas y tambores.
Mis marchas no suenan solo para los victoriosos,
sino para los derrotados y los muertos también.
Todos dicen: es glorioso ganar una batalla.
Pues yo digo que es tan glorioso perderla.
¡Las batallas se pierden con el mismo espíritu que se ganan!
¡Hurra por los muertos!
Dejadme soplar en las trompas, recio y alegre, por ellos.
¡Hurra por los que cayeron,
por los barcos que se hundieron el la mar,
y por los que perecieron ahogados!
¡Hurra por los generales que perdieron el combate y por todos los héroes
vencidos!
Los infinitos héroes desconocidos valen tanto como los héroes mas
grandes de la Historia.

WHITMAN

sábado, 30 de julio de 2011

FRASES

Porque la tortuga tiene los pies seguros, ¿es ésta una razón para cortar las alas al águila?.

Edgar Allan Poe


La vida es desierto y es oasis. Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en los protagonistas de nuestra propia historia.

Whitman

lunes, 25 de julio de 2011

Sueños.

Sueños es uno de los poemas más sentimentales de Edgar Allan Poe. Ya el título nos dice algo de su contenido, que varía de verso en verso, como los cambios súbitos e impredecibles de los sueños.


Sueños.
Dreams, Edgar Allan Poe (1809-1849)

¡Ojalá mi joven vida fuese un sueño duradero!
Y mi espíritu yaciera hasta que el rayo certero
De la eternidad presagiara el nuevo día.
¡Sí! Aunque el largo sueño fuese de agonía
Siempre sería mejor que estar despierto
Para quien tuvo, desde su nacimiento
En la frágil tierra, el corazón
Prisionero del caos de la pasión.

Mas si ese sueño persistiera eternamente,
Como mis viejos sueños infantiles
Solían persistir, si aquello ocurriese,
Sería absurdo esperar un milagro.
Pues he soñado que el sol resplandecía
En la bóveda estival, lleno de luz tardía,
Y que mi corazón vagaba
Por climas remotos y creados,
Junto a seres imaginarios, sólo pensados
Por mí, ¿qué más podría haber visto?.

Pero una vez, una única vez, y ya no lo olvidaré,
Aquel extraordinario momento, un poder o no sé qué,
Me hechizó, o quizás fue que el viento helado
Sopló de noche y al huir dejó marcado
Su rastro en mi espíritu, o quizás fue la Luna
Que brilló en mis sueños con particular fortuna,
O bien las estrellas, en cualquier caso,
El sueño fue como ese viento: dejémosle pasar.

Yo he sido feliz, aunque fuera en sueños.
Fui feliz, y los adoro: ¡Sueños!
Tanto por su colorido intenso
Que los oponen a lo real, y porque al ojo delirante
Ofrecen los tesoros más bellos y abundantes
Del paraíso y el amor, ¡y todos nuestros!
Tal como la esperanza pertenece a la juventud.


Edgar Allan Poe (1809-1849)


El lago.

El lago.
The lake, Edgar Allan Poe (1809-1849)

En la remota primavera de mi vida, jubilosa primavera,
Dirigí mi paso errante a una mágica ribera.
La ribera solitaria, la ribera silenciosa
De un perdido lago ignoto que circundan y oscurecen
Las negras rocas
Y espigados pinos que las auras estremecen.
Pero cuando allí la noche arroja su manto fúnebre
Y el místico y trémulo viento de su melodía,
Entonces, ¡oh!, entonces quiere despertar de su aflicción
Por el terror del lago triste, despertar el alma mía.

Y ese horror que habitaba en mi espíritu satisfecho;
Hoy, ni las joyas ni el afán de riqueza,
Como antes, llevarán mi pensammiento a contemplarlo,
Ni el amor, por más que fuese el amor de tu belleza.
La muerte estaba en el fondo de la ola ponzoñosa,
Y una tumba en lo más hondo, pérfidamente adornada
Para quien hubiera dado tregua a su amargura,
Un descanso, a los dolores de su espíritu afligido,
Y en un Edén transformado
El perdido lago ignoto, lago triste y escondido.


Edgar Allan Poe (1809-1849)


TU MIRADA

Tu mirada

Me miraste a los ojos, penetrando,
en lo más profundo de mi alma.
El cristal azul de tus pupilas,
me mostraba, mi imagen reflejada.

Me miraste y pediste temblorosa
que un te amo, saliera de mis labios,
pero ellos ya no tienen más palabras
pues los golpes de la vida los han cerrado.

Me miraste y tu pelo se erizaba,
y una gota redonda en tu pupila
que brotó, de un corazon roto
y cayó recorriendo tu mejilla.

Me miraste y tu rostro empapado
me exigía una palabra, una respuesta,
y mentí diciéndote te amo
por ganar de tu cara una sonrisa.


WHITMAN

martes, 19 de julio de 2011

Cíñete a mí

Cíñete a mí

Cíñete a mí, noche del seno desnudo; cíñete a mí,
noche ardiente y nutricia!
Noche de vientos del Sur, noche de grandes y pocos luceros,
tú, que en la paz cabeceas, loca, desnuda noche de estío.
Voluptuosa sonríe, ¡oh, tierra de fresco aliento !
Tierra de árboles adormilados y líquidos,
tierra ya sin luz del ocaso, tierra de montes con cumbre de niebla,
tierra donde derrama cristales el plenilunio azulado,
tierra con manchas de luz y de sombra en las aguas del río,
tierra de límpido gris y de nubes que para mí son
más vivas y claras,
tierra de abrazo anchuroso, tierra ataviada con flor de manzano
sonríe ya, que tu amante se acerca.


whitman

Lorca (1898 - 1936)ODA A WALT WHITMAN

Federico García Lorca (1898 - 1936)

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ODA A WALT WHITMAN
Por el East River y el Bronx
los muchachos cantaban enseñando sus cinturas,
con la rueda, el aceite, el cuero y el martillo.
Noventa mil mineros sacaban la plata de las rocas
y los niños dibujaban escaleras y perspectivas.

Pero ninguno se dormía,
ninguno quería ser el río,
ninguno amaba las hojas grandes,
ninguno la lengua azul de la playa.

Por el East River y el Queensborough
los muchachos luchaban con la industria,
y los judíos vendían al fauno del río
la rosa de la circuncisión
y el cielo desembocaba por los puentes y los tejados
manadas de bisontes empujadas por el viento.

Pero ninguno se detenía,
ninguno quería ser nube,
ninguno buscaba los helechos
ni la rueda amarilla del tamboril.

Cuando la luna salga
las poleas rodarán para tumbar el cielo;
un límite de agujas cercará la memoria
y los ataúdes se llevarán a los que no trabajan.

Nueva York de cieno,
Nueva York de alambres y de muerte.
¿Qué ángel llevas oculto en la mejilla?
¿Qué voz perfecta dirá las verdades del trigo?
¿Quién el sueño terrible de sus anémonas manchadas?

Ni un solo momento, viejo hermoso Walt Whitman,
he dejado de ver tu barba llena de mariposas,
ni tus hombros de pana gastados por la luna,
ni tus muslos de Apolo virginal,
ni tu voz como una columna de ceniza;
anciano hermoso como la niebla
que gemías igual que un pájaro
con el sexo atravesado por una aguja,
enemigo del sátiro,
enemigo de la vid
y amante de los cuerpos bajo la burda tela.
Ni un solo momento, hermosura viril
que en montes de carbón, anuncios y ferrocarriles,
soñabas ser un río y dormir como un río
con aquel camarada que pondría en tu pecho
un pequeño dolor de ignorante leopardo.

Ni un sólo momento, Adán de sangre, macho,
hombre solo en el mar, viejo hermoso Walt Whitman,
porque por las azoteas,
agrupados en los bares,
saliendo en racimos de las alcantarillas,
temblando entre las piernas de los chauffeurs
o girando en las plataformas del ajenjo,
los maricas, Walt Whitman, te soñaban.

¡También ese! ¡También! Y se despeñan
sobre tu barba luminosa y casta,
rubios del norte, negros de la arena,
muchedumbres de gritos y ademanes,
como gatos y como las serpientes,
los maricas, Walt Whitman, los maricas
turbios de lágrimas, carne para fusta,
bota o mordisco de los domadores.

¡También ése! ¡También! Dedos teñidos
apuntan a la orilla de tu sueño
cuando el amigo come tu manzana
con un leve sabor de gasolina
y el sol canta por los ombligos
de los muchachos que juegan bajo los puentes.

Pero tú no buscabas los ojos arañados,
ni el pantano oscurísimo donde sumergen a los niños,
ni la saliva helada,
ni las curvas heridas como panza de sapo
que llevan los maricas en coches y terrazas
mientras la luna los azota por las esquinas del terror.

Tú buscabas un desnudo que fuera como un río,
toro y sueño que junte la rueda con el alga,
padre de tu agonía, camelia de tu muerte,
y gimiera en las llamas de tu ecuador oculto.

Porque es justo que el hombre no busque su deleite
en la selva de sangre de la mañana próxima.
El cielo tiene playas donde evitar la vida
y hay cuerpos que no deben repetirse en la aurora.

Agonía, agonía, sueño, fermento y sueño.
Éste es el mundo, amigo, agonía, agonía.
Los muertos se descomponen bajo el reloj de las ciudades,
la guerra pasa llorando con un millón de ratas grises,
los ricos dan a sus queridas
pequeños moribundos iluminados,
y la vida no es noble, ni buena, ni sagrada.

Puede el hombre, si quiere, conducir su deseo
por vena de coral o celeste desnudo.
Mañana los amores serán rocas y el Tiempo
una brisa que viene dormida por las ramas.

Por eso no levanto mi voz, viejo Walt Whítman,
contra el niño que escribe
nombre de niña en su almohada,
ni contra el muchacho que se viste de novia
en la oscuridad del ropero,
ni contra los solitarios de los casinos
que beben con asco el agua de la prostitución,
ni contra los hombres de mirada verde
que aman al hombre y queman sus labios en silencio.
Pero sí contra vosotros, maricas de las ciudades,
de carne tumefacta y pensamiento inmundo,
madres de lodo, arpías, enemigos sin sueño
del Amor que reparte coronas de alegría.

Contra vosotros siempre, que dais a los muchachos
gotas de sucia muerte con amargo veneno.
Contra vosotros siempre,
Faeries de Norteamérica,
Pájaros de la Habana,
Jotos de Méjico,
Sarasas de Cádiz,
Ápios de Sevilla,
Cancos de Madrid,
Floras de Alicante,
Adelaidas de Portugal.

¡Maricas de todo el mundo, asesinos de palomas!
Esclavos de la mujer, perras de sus tocadores,
abiertos en las plazas con fiebre de abanico
o emboscadas en yertos paisajes de cicuta.

¡No haya cuartel! La muerte
mana de vuestros ojos
y agrupa flores grises en la orilla del cieno.
¡No haya cuartel! ¡Alerta!
Que los confundidos, los puros,
los clásicos, los señalados, los suplicantes
os cierren las puertas de la bacanal.

Y tú, bello Walt Whitman, duerme a orillas del Hudson
con la barba hacia el polo y las manos abiertas.
Arcilla blanda o nieve, tu lengua está llamando
camaradas que velen tu gacela sin cuerpo.
Duerme, no queda nada.
Una danza de muros agita las praderas
y América se anega de máquinas y llanto.
Quiero que el aire fuerte de la noche más honda
quite flores y letras del arco donde duermes
y un niño negro anuncie a los blancos del oro
la llegada del reino de la espiga.

Hojas de hierba

Hojas de hierba
Whitman aseguraba que luego de competir durante diez años por “los premios usuales” –reconocimientos tradicionales-, decidió convertirse en poeta. En un comienzo experimentó con una variedad de géneros populares que apelaban a los gustos culturales de la época. A principios de 1850 comenzó a escribir lo que se convertiría en Hojas de hierba, una colección poética que continuaría editando y revisando hasta su muerte. Intentó componer una épica americana única y utilizó el verso libre con una cadencia basada en la Biblia. Sobre el fin de junio de 1855, sorprendió a sus hermanos con la ya impresa primera versión. George, uno de ellos, dijo: “no esperaba que valiera la pena leerlo”.

Él mismo pagó la publicación de su primera edición,que llevó a cabo en una imprenta local durante los tiempos de descanso de su trabajo comercial.Fueron impresas un total de 795 copias.[45] La edición fue anónima, y sin embargo, ocupando la portada, había un retrato realizado por Samuel Hollyer. En el cuerpo del texto se llamaba a sí mismo “Walt Whitman, americano, uno de los duros, un cosmos, desordenado, carnal y sensual, no sentimental, no creído más importante que un hombre o una mujer aparte de ellos mismos, no más modesto que inmodesto". El libro recibió su más alto apoyo por parte de Ralph Waldo Emerson, quien escribió una carta de cinco halagadoras páginas a Whitman y hablaba del libro de manera excelente a sus amigos.

La primera edición de Hojas de hierba fue ampliamente distribuida y despertó un significativo interés, en parte gracias al apoyo de Emerson, pero también fue ocasionalmente criticada por el sesgo obsceno de la naturaleza de su poesía.[51] El geólogo John Peter Lesley escribió a Emerson, llamando al libro “basura profana y obscena” y al autor “un gil pretencioso”. El 11 de julio de 1855, unos pocos días después de que Hojas de hierba fuera publicado, el padre de Whitman falleció a la edad de 65 años.En los meses consecutivos a la publicación de la primera edición de Hojas de hierba, las respuestas críticas comenzaron a centrarse en lo “ofensivo” de los temas sexuales más que en la poesía misma. A pesar de que la segunda edición estaba lista e impresa, el editor fue reticente a distribuirla.Al final esta edición salió a la venta con veinte poemas adicionales en agosto de 1856. Fue revisado y republicado en 1860, luego en 1867, y una cantidad notable de veces mientras duró la vida de Whitman. Varios famosos escritores admiraron su trabajo lo suficiente como para visitarle. Entre ellos se cuentan Bronson Alcott y el teórico Henry David Thoreau.

Durante las primeras publicaciones de Hojas de hierba, Whitman tuvo dificultades financieras y se vio forzado a trabajar otra vez como periodista, específicamente en el Brooklyn’s Daily Times, comenzando en mayo de 1857. Como editor, revisaba los contenidos de los escritos, contribuía con críticas literarias y escribía editoriales. Abandonó el trabajo en 1859, no estando claro si fue echado o decidió irse. Whitman, que normalmente llevaba una detallada lista de sus actividades en diarios y anotaciones, dejó muy poca información sobre sí mismo a finales de la década de 1850.

Whitman fue el primer poeta que experimentó las posibilidades del verso libre, sirviéndose para ello de un lenguaje sencillo y cercano a la prosa, a la vez que creaba una nueva mitología para la joven nación estadounidense, según los postulados del americanismo emergente. El individualismo, los relatos de sus propias experiencias, un tratamiento revolucionario del impulso erótico y la creencia en los valores universales de la democracia son los rasgos novedosos de su poética; en línea con el romanticismo del momento, propuso en su poesía una comunión entre los hombres y la naturaleza de signo cercano al panteísmo. Tanto por sus temas como por la forma, la poesía de Whitman se alejaba de todo cuanto se entendía habitualmente por poético, aunque supo crear con los nuevos materiales momentos de hondo lirismo.


lunes, 18 de julio de 2011

Walt Whitman / Una hoja de hierba




Una mujer me espera- Walt Whitman

Una mujer me espera, contiene todo y no falta nada.
Pero todo faltaría si faltara el sexo, o si faltara la simiente
Del hombre suyo.
El sexo todo lo contiene: cuerpos, almas,
Significaciones, pruebas, purezas, delicadezas,
Resultados u anunciaciones.
Cantos, órdenes, salud, soberbia, el misterio de la
maternidad, la leche seminal.
Todas las esperanzas, favores, dones, todas las pasiones,
Amores, bellezas, delicias de la tierra.
Todos los gobiernos, jueces, dioses, jefes de la tierra.
A todos los contiene el sexo, como partes suyas y
justificaciones suyas.

Sin rubor el hombre a quien amo sabe y pregona
lo deleitable de su sexo.
Sin rubor la mujer a quien amo sabe y pregona lo deleitable
de su sexo.


Walt Whitman

Whitman -



La máscara de la Muerte Roja

La máscara de la Muerte Roja (fragmento)

" En una asamblea de fantasmas como la que acabo de describir es de imaginar que una aparición ordinaria no hubiera provocado semejante conmoción. El desenfreno de aquella mascarada no tenía límites, pero la figura en cuestión la ultrapasaba e iba, incluso, más allá de lo que el liberal criterio del príncipe toleraba. En el corazón de los más temerarios hay cuerdas que no pueden tocarse sin emoción. Aun el más relajado de los seres, para quien la vida y la muerte son igualmente un juego, sabe que hay cosas con las cuales no se puede jugar. Los concurrentes parecían sentir en lo más hondo que el traje y la apariencia del desconocido no revelaban ni ingenio ni decoro. "




Edgar Allan Poe
La máscara de la Muerte Roja (fragmento)

viernes, 8 de julio de 2011

frases de Edgar Allan Poe

En la música es acaso donde el alma se acerca más al gran fin por el que lucha cuando se siente inspirada por el sentimiento poético: la creación de la belleza sobrenatural.

Los que sueñan de día son conscientes de muchas cosas que escapan a los que sueñan sólo de noche

Todo lo que vemos desfilar ante nuestros ojos, todo lo que imaginamos, no es sino un sueño dentro de otro sueño.


La belleza de cualquier clase en su manifestación suprema excita inevitablemente el alma sensitiva hasta hacerle derramar lágrimas.

La muerte de una mujer hermosa es pues incuestionablemente el tema más poético del mundo, e igualmente está fuera de duda que los labios más adecuados para ese tema son los del amante en duelo.

lunes, 27 de junio de 2011

La caída de la casa Usher (fragmento)

Edgar Allan Poe
La caída de la casa Usher (fragmento)

" En el más verde de nuestros valles, habitado por los ángeles buenos, antaño un bello y majestuoso palacio -un radiante palacio-alzaba su frente. En los dominios del rey Pensamiento, allí se elevaba. Jamás un serafín desplegó el ala sobre un edificio la mitad de bello. Banderas amarillas, gloriosas doradas sobre su remate flotaban y ondeaban (esto, todo esto, sucedía hace mucho, muchísimo tiempo); y a cada suave brisa que retozaba en aquellos gratos días, a lo largo de los muros pálidos y empenachados se elevaba un aroma alado. Los que vagaban por ese alegre valle, a través de dos ventanas iluminadas, veían espíritus moviéndose musicalmente a los sones de un laúd bien templado, en torno a un trono donde, sentado (porfirogénito) con un fausto digno de su gloria, aparecía el señor del reino. Y refulgente de perlas y rubíes era la puerta del bello palacio por la que salía a oleadas, a oleadas, a oleadas y centelleaba sin cesar, una turba de Ecos cuya grata misión era sólo cantar, con voces de magnífica belleza, el talento y el saber de su rey. Pero seres malvados, con ropajes de luto, asaltaron la elevada posición del monarca;(ah, lloremos, pues nunca el alba despuntará sobre él, el desolado) Y en torno a su mansión, la gloria que rojeaba y florecía es sólo una historia oscuramente recordada de las viejas edades sepultadas. Y ahora los viajeros, en ese valle, a través de las ventanas rojizas, ven amplias formas moviéndose fantásticamente en una desacorde melodía; mientras, cual un rápido y horrible río, a través de la pálida puerta una horrenda turba se precipita eternamente, riendo, mas sin sonreír nunca más. "

domingo, 26 de junio de 2011

Silencio (fragmento)

Edgar Allan Poe
Silencio (fragmento)

" - Escúchame - dijo el demonio apoyando la mano en mi cabeza -; la región de que hablo es una sombría región de Libia a orillas del río Zaire. Y allí no hay ni calma ni silencio. Las aguas del río son de un tinte azafranado y enfermizo y no corren hacia el mar, sino que palpitan eternamente bajo la pupila roja del sol con un movimiento tumultuoso y convulsivo. A lo largo de muchas millas, a ambos lados del legamoso lecho del río, se extiende un pálido desierto de gigantescos nenúfares. Suspiran entre sí en esa soledad y dirigen hacia el cielo sus largos cuellos espectrales, mientras inclinan a uno y otro lado sus cabezas sempiternas. De ellos se levanta un rumor confuso que se parece al rugido de un torrente subterráneo. Y entre sí, suspiran. Pero su reino tiene un límite, el límite de la oscura, densa, horrible selva. Allí, como las olas en torno a las Hébridas, la maleza está en perpetua agitación. Pero ningún viento agita el cielo. "

Filosofía de la composición

Edgar Allan Poe
Filosofía de la composición (fragmento)

" Considerando entonces a la Belleza como mi provincia, mi siguiente pregunta se refería al tono de su más alta manifestación -y toda experiencia ha mostrado que este tono es uno de tristeza. La Belleza, de cualquier clase, en su desarrollo supremo, invariablemente mueve a las lágrimas al alma sensitiva. La melancolía es pues el más legítimo de los tonos poéticos. "

miércoles, 15 de junio de 2011

Baltimore retira fondos a la casa de Poe

Baltimore retiró sus fondos para la Casa y Museo de Edgar Allan Poe, uno de los vínculos más fuertes entre el famoso escritor y la ciudad que lo reclama como suyo.
La Casa Poe debe volverse autosustentable para mediados del próximo año o terminará por cerrar, dijeron el viernes el curador Jeff Jerome y varios funcionarios de la ciudad.
El museo no ha recibido dinero del fondo general de la ciudad desde el año pasado, cuando la alcaldesa Stephanie Rawlings-Blake impulsó una serie de recortes presupuestarios y aumentos a los impuestos a fin de reducir un déficit de 121 millones de dólares. Por ahora se ha mantenido con el dinero que Jerome recaudó con los años.
Jerome ha sido el curador y único empleado de la casa desde que la ciudad tomó el control de ésta en 1979. Se había mantenido en silencio sobre la posible desaparición del museo hasta que comenzaron los rumores.
"Hay mucha gente molesta y preocupada por esto", dijo.
Poe vivió en la diminuta casa al oeste de Baltimore con su tía, primos y abuela de 1832 a 1835, antes de volverse famoso por sus historias de terror. No regresó a la ciudad sino hasta que murió y fue enterrado ahí en 1849.
Baltimore ha presumido por mucho tiempo su relación con Poe, e incluso nombró a su equipo de la NFL como los Ravens (cuervos) en honor de una de sus principales obras narrativas. La ciudad realizó varias festividades en 2009 para conmemorar el bicentenario de su nacimiento.
Desde entonces los seguidores del Poe han tenido poco que celebrar. Durante décadas un visitante misterioso dejaba media botella de cognac y tres rosas rojas en la tumba de Poe el día de su cumpleaños, 19 de enero, pero el devoto aficionado a Poe se ha ausentado en los últimos dos años.
A pesar de esto las autoridades de la ciudad insistieron en que no abandonarán la Casa Poe.
"Hemos recibido ayuda profesional de personas que han asesorado y se encargan de otras casas-museo para poner en orden esto", dijo Stosur.
En cambio, otros amantes de Poe no tienen tantas esperanzas.
"¡Qué escándalo, que Baltimore deje de darle fondos a la casa, el lugar en su cuidad donde vivió el más famoso escritor estadounidense! Esto es completa y escandalosamente estúpido", dijo Edward Pettit un especialista en Poe de la ciudad de Filadelfia, otra urbe que considera que el escritor es suyo.
La casa ilustra las situaciones adversas en las que vivió el escritor. En ese entonces la familia no contaba con un ingreso regular y apenas tenía qué comer. Aunque hay un escritorio en la habitación de Poe lo más probable es que escribiera en el primer piso junto a la fogata, según Jerome. Se cree que en ella escribió algunas de sus primeras historias, como "Berenice" sobre un hombre enamorado de su prima.

domingo, 5 de junio de 2011

AL RÍO

 

Según sus contemporáneos, el escritor estadounidense Edgar Allan Poe tenía una manera muy efectista de leer en público sus poemas. Cuentan que para darle un carácter dramático a sus composiciones unía con engrudo sus manuscritos formando un largo rollo que, claro está, iba desenrollando a medida que leía. Lograba así la total atención de su público, que no se distraían con el frecuente ruido del paso de las páginas.

AL RÍO (TO THE RIVER ----)


FAIR river! in thy bright, clear flow
Of crystal, wandering water,
Thou art an emblem of the glow
Of beauty - the unhidden heart -
The playful maziness of art
In old Alberto's daughter;
¡Hermoso río! en el resplandor, límpida corriente
de cristal, errante agua.
Eres un emblema del brillo,
de belleza, de no escondido corazón,
la juguetona sombra de arte
en la hija del viejo Alberto;
But when within thy wave she looks -
Which glistens then, and trembles -
Why, then, the prettiest of brooks
Her worshipper resembles;
For in my heart, as in thy stream,
Her image deeply lies -
His heart which trembles at the beam
Of her soul-searching eyes.
pero cuando ella mira en tu ola,
que reluce entonces, y tiembla,
pues, entonces, el más bonito de los arroyos
se parece a su adorador;
ya que en su corazón, como en tu arroyo
la imagen de ella profundamente yace,
el corazón de él que tiembla ante el rayo de luz
de los ojos de ella que indagan el alma

jueves, 2 de junio de 2011

Poema A Elena de Edgar Allan Poe

Te vi a punto.
Era una noche de julio,
noche tibia y perfumada,
noche diáfana…
De la luna plena límpida,
límpida como tu alma,
descendían
sobre el parque adormecido
gráciles velos de plata.
Ni una ráfaga
el infinito silencio
y la quietud perturbaban
en el parque…
Evaporaban las rosas
los perfumes de sus almas
para que los recogieras
en aquella noche mágica;
para que tú los gozases
su último aliento exhalaban
como en una muerte dulce,
como en una muerte lánguida,
y era una selva encantada,
y era una noche divina
llena de místicos sueños
y claridades fantásticas.
Toda de blanco vestida,
toda blanca,
sobre un ramo de violetas
reclinada
te veía
y a las rosas moribundas
y a ti, una luz tenue y diáfana
muy suavemente
alumbraba,
luz de perla diluida
en un éter de suspiros
y de evaporadas lágrimas.
¿Qué hado extraño
(¿fue ventura? ¿fue desgracia?)
me condujo aquella noche
hasta el parque de las rosas
que exhalaban
los suspiros perfumados
de sus almas?
Ni una hoja
susurraba;
no se oía
una pisada;
todo mudo,
todo en sueños,
menos tú y yo
-¡cuál me agito
al unir las dos palabras! –
menos tú y yo…De repente
todo cambia.
¡Oh, el parque de los misterios!
¡Oh, la región encantada!
Todo, todo,
todo cambia.
De la luna la luz límpida
la luz de perla se apaga.
El perfume de las rosas
muere en las dormidas auras.
Los senderos se oscurecen.
Expiran las violas castas.
Menos tú y yo, todo huye,
todo muere,
todo pasa…
Todo se apaga y extingue
menos tus hondas miradas.
¡Tus dos ojos donde arde tu alma!
Y sólo veo entre sombras
aquellos ojos brillantes,
¡oh mi amada! Todo, todo,
todo cambia.
De la luna la luz límpida
la luz de perla se apaga.
El perfume de las rosas
muere en las dormidas auras.
Los senderos se oscurecen.
Expiran las violas castas.
Menos tú y yo, todo huye,
todo muere,
todo pasa…
Todo se apaga y extingue
menos tus hondas miradas.
¡Tus dos ojos donde arde tu alma!
Y sólo veo entre sombras
aquellos ojos brillantes,
¡oh mi amada!
¿Qué tristezas irreales,
qué tristezas extrahumanas!
La luz tibia de esos ojos
leyendas de amor relata.
¡Qué misteriosos dolores,
qué sublimes esperanzas,
qué mudas renunciaciones
expresan aquellos ojos
que en la sombra
fijan en mí su mirada!
Noche oscura. Ya Diana
entre turbios nubarrones,
lentamente,
hundió la faz plateada,
y tú sola
en medio de la avenida,
te deslizas
irreal, mística y blanca,
te deslizas y te alejas incorpórea
cual fantasma…
Sólo flotan tus miradas.
¡Sólo tus ojos perennes,
tus ojos de honda mirada
fijos quedan en mi alma!
A través de los espacios y los tiempos,
marcan,
marcan mi sendero
y no me dejan
cual me dejó la esperanza…
Van siguiéndome, siguiéndome
como dos estrellas cándidas;
cual fijas estrellas dobles
en los cielos apareadas
en la noche solitaria.
Ellos solos purifican
mi alma toda con sus rayos
y mi corazón abrasan,
y me prosterno ante ellos
con adoración extática,
y en el día
no se ocultan
cual se ocultó mi esperanza.
De todas partes me siguen
mirándome fijamente
con sus místicas miradas….
Misteriosas, divinales
me persiguen sus miradas
como dos estrellas fijas…
como dos estrellas tristes,
¡como dos estrellas blancas!

martes, 31 de mayo de 2011

FINAL DEL RECORRIDO....





Mi agradecimiento a mis sobrinos Ray y Cindy por hacer realidad mi sueno de visitar la casa museo de uno de los mejores de la literatura americana. Gracias.

En el más verde de los valles
que habitan ángeles benéficos,
erguíase un palacio lleno
de majestad y hermosura.
¡Dominio del rey Pensamiento,
allí se alzaba!
Y nunca un serafín batió sus alas
sobre cosa tan bella.
 
Amarillos pendones, sobre el techo
flotaban, áureos y gloriosos
(todo eso fue hace mucho,
en los más viejos tiempos);
y con la brisa que jugaba
en tan gozosos días,
por las almenas se expandía
una fragancia alada.
 
Y los que erraban en el valle,
por dos ventanas luminosas
a los espíritus veían
danzar al ritmo de laúdes,
en torno al trono donde
(¡porfirogéneto!)
envuelto en merecida pompa,
sentábase el señor del reino.
 
Y de rubíes y de perlas
era la puerta del palacio,
de donde como un río fluían,
fluían centelleando,
los Ecos, de gentil tarea:
la de cantar con altas voces
el genio y el ingenio
de su rey soberano.
 
Mas criaturas malignas invadieron,
vestidas de tristeza, aquel dominio.
(¡Ah, duelo y luto! ¡Nunca más
nacerá otra alborada!)
Y en torno del palacio, la hermosura
que antaño florecía entre rubores,
es sólo una olvidada historia
sepulta en viejos tiempos.
 
Y los viajeros, desde el valle,
por las ventanas ahora rojas,
ven vastas formas que se mueven
en fantasmales discordancias,
mientras, cual espectral torrente,
por la pálida puerta
sale una horrenda multitud que ríe...
pues la sonrisa ha muerto.

lunes, 30 de mayo de 2011

BALTIMORE






BALTIMORE EN LA EPOCA DE EDGAR ALLAN POE
SUS DESARROLLOS HOY EN DIA




HORA DE COMER JAJAJA

domingo, 29 de mayo de 2011

POESIA

Las enramadas donde veo
en sueños, las más variadas
aves cantoras, son labios y son
tus musicales palabras susurradas.

Tus ojos, entronizados en el cielo,
caen al fin desesperadamente
¡oh Dios!, en mi funérea mente
como luz de estrellas sobre un velo.

Oh, tu corazón... suspiro al despertar
y duermo para soñar hasta que raya el día
en la verdad que el oro jamás podrá comprar
y en las bagatelas que sí podría.


EDGAR ALLAN POE

En mis sueños donde las aves cantan,
melodías de amor,
que susurran  y los labios besan.

Y en el cielo ungido veo brillar,
los luceros de tus ojos,
que en mi mente febril,
se reflejan.
En mis despertares,
te entrego mis suspiros,
que en mis sueños,
y en mi realidad,
no hay tesoro comparado,
a tu corazón,
que ni el oro y menos las miserias,
podrían comprar
el amor que por ti siento.
TIBISAY

lunes, 23 de mayo de 2011

El Túnel del tiempo

LA TOSTADORA DE POE

En 1949, 100 años después de la muerte del escritor prolífico, una figura vestida de negro apareció en la tumba de Edgar Allan Poe en Baltimore en la fecha de cumpleaños del escritor. La cifra, apodada más tarde como el “tostadora de Poe”, planteó un vaso de coñac en homenaje al poeta muerto y procedió a dejar tres rosas rojas y media botella de coñac en la tumba de Edgar Allan Poe.Este fue el comienzo de un tributo anual a Edgar Allan Poe, que ha continuado desde entonces.


Poco se sabe acerca de la identidad de la tostadora de Poe. La cifra es un hombre, vestido de negro y lleva un bastón con punta de plata.La tostadora de Poe siempre se muestra en la madrugada del aniversario de Edgar Allan Poe y realiza siempre el mismo ritual. Mientras que esto se ha señalado en numerosas ocasiones, la tostadora de Poe es raramente fotografiado y a menudo es permitido llevar a cabo su homenaje inalterado.


Además de emitir las tres rosas y licor, en alguna ocasión la tostadora de Poe ha dejado notas expresando sentimientos diferentes.Algunos han sido simples homenajes a Edgar Allan Poe, pero en 1999 fue dejada a una nota indicando que la tostadora original de Poe había fallecido el año anterior y que la tradición seguiría a modo de “un hijo”. La tostadora de Poe nuevos ha causado controversia entre los seguidores del evento, debido en parte porque las notas que dejó en los años subsiguientes declaró opiniones controvertidas. En 2006, debido a estas declaraciones, un grupo de aficionados enojados intentó sin éxito acosó la tostadora de Poe como hizo su tributo anual.


La polémica continuó durante la identidad de la tostadora de Poe en agosto de 2007, cuando Sam Porpora, historiador de la Iglesia de Westminster y cementerios donde está enterrado Edgar Allan Poe, reclamó que él inició la tradición de la tostadora de Poe en 1967. A pesar de la reclamación de Sam Porpora, la primera mención de periódico de la tostadora de Poe se remonta a 1950 y refuta su declaración. La Edgar Allan Poe Society renunció a la afirmación del historiador, y poco se dice de su historia.


Para los próximos dos años, asistencia en el evento de Poe tostadora aumentaron, de acuerdo a la sociedad de Edgar Allan Poe.La sociedad no sólo conserva la memoria de Edgar Allan Poe, sino que tiene en su poder varios de los regalos dejados por el misterioso tostadora de Poe, cuya identidad sigue siendo un misterio.El 200 aniversario del nacimiento de Edgar Allan Poe se caracterizó en 2009.A pesar de la ocasión de hito, la tostadora de Poe no dejó una nota, pero continuó la tradición dejando tres rosas y una botella de coñac en la tumba.
¿Por qué tres rosas?
¿Por qué una botella medio vacía de coñac? 
¿Qué tipo de coñac
Las tres rosas representan Poe, Virginia y María",  El coñac, es simplemente una de las favoritas de la tostadora. Es Martell. En cuanto a su identidad, creemos que ha habido dos tostadoras, tal vez un hijo lleva en la tradición de su padre."

Poe primero estuvo enterado en el patio en su casa



Luego sus restos pasaron al cementerio de Westminster

sábado, 21 de mayo de 2011

UNA FRASE Y UN POEMA

Era una rosa muy bella que se seco por falta de amor
se veia muy triste y sola hasta que se encontro a su principe azul se izo una rosa roja y bonita

EDGAR ALLAN POE


Rosa hermosa
sangre de mis manos
sus espinas sacan
y sus fantasmas
lacios sus petalos
mi sangre secan...


Angel Saguar


20/05/2011

SOLO

jueves, 19 de mayo de 2011

EL FANTASMA DE LA CASA

El Museo Edgar Allan Poe en realidad está ubicado en la casa que residió en durante su vida. Fue construida a la vuelta de la campaña de 1830. Hoy en día, la casa es un museo dedicado a su trágica vida y escritos fascinante. Sin embargo, parece que hay mucho más en la casa que sólo los restos de la vida de Poe. Las personas que trabajan en el museo y otros que han visitado la casa sienten que hay

un alto nivel de actividad paranormal en la estructura. Sin embargo, no se cree que Poe sea realmente inquietante la casa - que parece ser otros espíritus. Muchas personas han declarado que una señora mayor frecuenta el Edgar Allan Poe House Museum. Este espíritu femenino parece ser el período de la década de 1800. Ella no parece estar enojada, o fuera a "asustar" a nadie. Como cuestión de hecho, la mayoría de los cazadores de fantasmas creer que ella es simplemente una inquietante residuales, o una "energía" que persiste en la estructura del pasado. Sin embargo, no parece ser más bien un espíritu inteligente, que ha causado estragos en el pequeño museo. Un ejemplo de los problemas de este espíritu causado fue cuando una señora estaba cambiando en una habitación y una ventana cayó bruscamente sin causa aparente.

Muchas personas en la casa de Poe se han sentido como si hubieran sido tocados físicamente sólo para descubrir que no hay nadie. Muchos se han sentido, de primera mano, el frío y la brisa del frío - incluso en el más cálido de día Baltimore! Voces para el que no hay una explicación también se han escuchado en el museo. Puertas y ventanas de apertura y cierre, y el sonido de pasos y golpes a menudo se puede escuchar a través de varios lugares de esta estructura. Si usted está buscando para visitar una casa embrujada, esto puede ser una gran opción, pero es mejor ir en el cumpleaños de Poe.

Y sin ser el cumpleaños miren esas fotos que al mirarla miedo me dio.



País de hadas

País de hadas

VALLES de sombra y aguas apagadas
y bosques como nubes,
que ocultan su contorno
en un fluir de lágrimas.
Allí crecen y menguan unas enormes lunas,
una vez y otra vez, a cada instante,
en canto que la noche se desliza,
y avanzan siempre, inquietas,
y apagan el temblor de los luceros
con el aliento de su rostro blanco.
Cuando el reloj lunar señala medianoche,
una luna más fina y transparente
desciende, poco a poco,
con el centro en la cumbre
de una sierra elevada,
y de su vasto disco
se deslizan los velos dulcemente
sobre aldeas y estancias,
por doquier; sobre extrañas
florestas, sobre el mar
y sobre los espíritus que vuelan
y las cosas dormidas:
y todo lo sepultan
en un gran laberinto luminoso.
¡Ah, entonces! ¡Qué profunda
es la pasión que ponen en su sueño!
Despiertan con el día,
y sus lienzos de luna
se ciernen ya en el cielo,
con inquietas borrascas,
y a todo se parecen: más que nada
semejan un albatros amarillo.
Y aquella luna no les sirve nunca
para lo mismo: en tienda
se trocará otra vez, extravagante.
Pero ya sus pedazos pequeñitos
se tornan leve lluvia,
y aquellas mariposas de la Tierra
que vuelan, afanosas del celaje,
y bajan nuevamente,
sin contentarse nunca,
nos traen una muestra,
prendida de sus alas temblorosas.

miércoles, 18 de mayo de 2011

FRASES DE EDGAR ALLAN POE

Mi amor... mi fe... instilará en tu pecho una calma preternatural. Descansarás por el cuidado... te pondrás mejor... y si no, Helen, si murieras.... entonces al menos aferraría yo tu mano querida en la muerte, y gustosamente... oh, alegremente, descendería contigo a la noche de la tumba.
Edgar Allan Poe

Era una rosa muy bella que se seco por falta de amor
se veía muy triste y sola hasta que se encontró a su príncipe azul se izo una rosa roja y bonita
Edgar Poe

Los pioneros y misioneros de la religión han sido la causa real de más conflictos y guerras que todas las demás clases de la humanidad.
Edgar Allan Poe
La nariz de una multitud es su imaginación. Por ella, en cualquier momento, puede guiársela serenamente.
Edgar Allan Poe

La enorme multiplicación de libros, de todas las ramas del conocimiento, es uno de los mayores males de nuestra época.
Edgar Allan Poe

Quisiera ser pensamiento,
para estar dentro de ti,
y saber qué piensas,
cuando estoy lejos de ti
Edgar

Los que sueñan de día son conscientes de muchas cosas que escapan a los que sueñan sólo de noche.
Edgar Allan Poe

Todo lo que vemos o parecemos es solamente un sueño dentro de un sueño

martes, 17 de mayo de 2011

DE TODOS CUANTOS ANHELAN TU PRESENCIA

De todos cuantos anhelan tu presencia como una mañana,
De todos cuantos padecen tu ausencia como una noche,
Como el destierro inapelable del sol sagrado
Allende el firmamento; de todos los dolientes que a cada instante
Te bendicen por la esperanza, por la vida, ah, y sobre todo,
Por haberles devuelto la fe extraviada, enterrada
En la verdad, en la virtud, en la raza del hombre...
De todos aquellos que, cuando agonizaban en el lecho impío
De la desesperanza, se han incorporado de pronto
Al oírte susurrar con dulzura: "¡Que haya luz!",
Al oírte susurrar esas palabras acentuadas
Por el sereno brillo de tus ojos...
De todos tus numerosos deudores, cuya gratitud
Raya la veneración, recuerda, oh, no olvides nunca
A tu devoto más ferviente, al más incondicional,
Y piensa que estas líneas vacilantes las habrá escrito él,
Ese que ahora, al escribirlas, se emociona pensando
Que su espíritu comulga con el espíritu de un ángel.

EDGAR ALLAN POE

Annabel Lee

Annabel Lee  fue el último poema que escribió, publicado después de su muerte, y buena parte de sus biógrafos e historiadores coinciden en señalar que lo escribió pensando en Virginia.

Hace muchos, muchos años,
en un reino junto al mar,
vivía una doncella
cuyo nombre era Annabel Lee;
y vivía esta doncella sin otro pensamiento
que amarme y ser amada por mí.

Yo era un niño, una niña ella,
en ese reino junto al mar,
pero nos queríamos con un amor que era más que amor,
yo y mi Annabel Lee,
con un amor que los serafines del cielo
nos envidiaban a ella y a mí.

Tal fue esa la razón de que hace muchos años,
en ese reino junto al mar,
soplara de pronto un viento, helando
a mi hermosa Annabel Lee.
Sus deudos de alto linaje vinieron
y se la llevaron apartándola de mí,
para encerrarla en una tumba
en ese reino junto al mar.

Los ángeles, que no eran ni con mucho tan felices en el Cielo,
nos venían envidiando a ella y a mí…
Sí: tal fue la razón (como todos saben
en ese reino junto al mar)
de que soplara un viento nocturno
congelando y matando a mi Annabel Lee.

Pero nuestro amor era mucho más fuerte
que el amor de nuestros mayores,
de muchos que eran más sabios que nosotros,
y ni los ángeles arriba en el Cielo,
ni los demonios abajo en lo hondo del mar,
pudieron jamás separar mi alma
del alma de la hermosa Annabel Lee.

Pues la luna jamás brilla sin traerme sueños
de la bella Annabel Lee;
ni las estrellas se levantan sin que yo sienta los ojos luminosos
de la bella Annabel Lee.
Así, durante toda la marea de la noche, yazgo al lado
de mi adorada -mi querida- mi vida y mi prometida,
en su tumba junto al mar,
en su tumba que se eleva a las orillas del mar.


EL TERCER PISO

Esta pequeña habitación de madera del tercer piso de la casa. Se llega por una escalera pequeña de la habitación principal en el segundo piso. La ventana de buhardilla, con vistas al frente de la casa. Los muebles que se muestra son de la época correcta. En cualquier caso, la habitación es muy atmosférica, con el límite máximo de cerca evocar un sentido de la presente clerofobia en muchos de los cuentos de Poe.

¿Sería por aquella ventana que una noche de tormenta entró el cuervo de uno de sus poemas, pájaro de ala negra al que el poeta le abrió y fue a posarse solitario sobre el pálido y plácido busto de Palas Atenea, en lo alto de la puerta de su estudio, donde pronunció su única palabra, el estribillo «Nunca más», que repitió con la más melancólica monotonía, respondiendo con esa lúgubre palabra a las preguntas de un enamorado que soñaba con su amada muerta? ¿Dónde estaban la hija predilecta de Zeus y el enigmático pájaro de ébano cuyos ojos como brasas se convirtieron en un pico hiriendo el corazón del poeta?